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Raúl González Bórnez


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Wed, 16 Jul 2014 02:04:37 +0800
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En el nombre de Al.lah, el Clementísimo, el Misericordiosísimo.
La alabanza es para Dios, Señor de los mundos,
el Clementísimo con toda la Creación, el Misericordiosísimo con los creyentes,
Soberano del Día de la Recompensa.
Solamente a Ti adoramos y solamente a Ti pedimos ayuda.
Guíanos al camino recto,
el camino de aquellos a los que Tú has agraciado; no el de aquellos con los que Tú estás disgustado, ni el de los extraviados.
Alif, lam, mim
Esta es la Escritura (Sagrada), no hay duda. En ella hay una guía para los temerosos de Dios.
Aquellos que creen en lo que está oculto a los sentidos, hacen la oración y, de lo que Nosotros les proveemos, reparten.
Aquellos que creen en la revelación que se hizo descender para ti y en la revelación que se hizo descender antes de ti y que tienen certeza de la otra vida.
Esos son los que siguen la guía procedente de su Señor y esos son los triunfadores.
Ciertamente, a aquellos que no creen en Dios, da igual que les amonestes o que no, no creerán.
Dios cerró y selló sus corazones y sus oídos, y sobre sus ojos hay un velo y les aguarda un castigo inmenso.
Y entre la gente hay algunos que dicen: «¡Creemos en Dios y en el Último Día!», pero no son creyentes.
Pretenden engañar a Dios y a aquellos que creen, pero sólo se engañan a sí mismos, aunque no se dan cuenta.
En sus corazones hay una enfermedad y Dios agravará su enfermedad. Les aguarda un castigo doloroso por haber sido mentirosos.
Y cuando se les dice: «¡No corrompáis en la Tierra!» dicen: «¡En verdad, nosotros somos reformadores de lo que está mal!»
¿Acaso no son ellos los corruptores? Pero no se dan cuenta.
Y cuando se les dice: «Creed como cree el resto de la gente!», dicen: «¿Vamos a creer como creen los estúpidos?» ¿Acaso no son ellos los estúpidos? Pero no lo saben.
Y cuando se encuentran con aquellos que creen, dicen: «¡Creemos!» Pero cuando se quedan a solas con sus demonios, dicen: «¡En verdad, estamos con vosotros! ¡Solamente nos burlábamos de ellos!»
Dios sí que se burlará de ellos y les dejará que vaguen ciegos en su rebeldía.
Ésos son los que han trocado la Dirección por el extravío. Por eso, su negocio no ha resultado lucrativo y no han sido bien dirigidos.
Semejan a quien enciende un fuego. Pero cuando éste alumbra lo que hay en torno a él, Dios les arrebata su luz y les deja en tinieblas, sin que puedan ver.
Son sordos, mudos, ciegos y no rectificarán su error.
También semejan a quienes, en medio de una tormenta, con un cielo lleno de nubes oscuras, de truenos y relámpagos, se tapan los oídos con sus dedos por el estruendo del rayo al caer, temiendo la muerte. Dios acorrala a los que no creen.
El rayo casi les ciega. Cuando les ilumina, caminan, pero cuando se apaga, se detienen. Si Dios quisiera les arrebataría el oído y la vista. Verdaderamente, Dios tiene poder sobre todas las cosas.
¡Oh humanos! ¡Adorad a vuestro Señor, el Cual os ha creado, tanto a vosotros como a los que os precedieron! ¡Quizás así tengáis temor de disgustarle!
Él es Quien ha dispuesto para vosotros la Tierra como un lecho y el cielo como una bóveda. Quien hace descender agua del cielo, por medio de la cual surgen los frutos con los que os suministra vuestra provisión. Así pues, no atribuyáis semejantes a Dios, a sabiendas de lo que hacéis.
Y si dudáis de lo que hicimos descender del cielo para Nuestro siervo, aportad vosotros un capítulo semejante e invocad a vuestros testigos aparte de Dios, si es que sois sinceros.
Y si no lo hacéis, que no lo haréis, temed el fuego del infierno cuyo combustible son las gentes y las piedras y que está preparado para los que ocultan la verdad.
Y anuncia a aquellos que creen y actúan rectamente que les aguardan jardines celestiales por los cuales fluyen arroyos. Cuando se les ofrezcan los frutos que de ellos proceden, dirán: «Esto es lo mismo que se nos proporcionó anteriormente», pero lo que se les dé será semejante. Allí les esperan parejas purificadas y allí estarán eternamente.
Verdaderamente, Dios no se avergüenza [para expresar Su mensaje] de poner como ejemplo a un mosquito o algo mayor. Aquellos que creen, saben que, ciertamente, es la Verdad que procede de su Señor. En cuanto a los que no creen, dicen: «¿Qué es lo que pretende Dios con ese ejemplo?» Extravía con él a muchos y guía con él a muchos. Pero no se extravían con él sino los transgresores.
Aquellos que violan el pacto establecido con Dios después de haberlo aceptado, y cortan lo que Dios ha ordenado que continúe unido corrompiendo la Tierra. Esos son los perdedores.
¿Cómo podéis no creéis en Dios, cuando estabais muertos y Él os dio la vida; luego os hará morir y después os hará vivir (nuevamente), tras lo cual retornaréis a Él.
Él es quien creó para vosotros todo lo que hay en la Tierra, luego Se ocupó del cielo y lo ordenó en siete cielos. Él posee conocimiento de todas las cosas.
Y [recuerda] cuando tu Señor dijo a los ángeles: «En verdad, pondré en la Tierra un sucesor.» Dijeron: «¿Vas a poner en ella a quien corromperá y derramará la sangre, mientras que nosotros Te glorificamos con alabanzas y proclamamos Tu santidad?» Dijo Dios: «En verdad, Yo sé lo que vosotros no sabéis.»
Y enseñó a Adán los nombres de todos los seres. Luego los expuso ante los ángeles y Les dijo: «Informadme de los nombres de éstos, si es que sois veraces.»
Ellos dijeron: «¡Glorificado seas! No conocemos más que aquello que Tú nos has enseñado. En verdad, Tú eres el Conocedor, el Sabio.»
Dijo Él entonces: «¡Oh Adán! ¡Infórmales de sus nombres!» Y cuando Adán les hubo informado de sus nombres, dijo Él: «¿No os dije que, ciertamente, conozco lo oculto de los cielos y la Tierra, y que sé lo que manifestáis y lo que ocultáis?»
Y [recuerda] cuando Nosotros dijimos a los ángeles: «¡Prosternaos ante Adán!» y todos ellos se prosternaron excepto Iblís, que se negó y se llenó de arrogancia, y fue de los que no creen.
Dijimos. «¡Oh Adán! Habitad tú y tu pareja en el Jardín y comed ambos de él cuanto y donde queráis, pero no os acerquéis a este árbol, pues entonces seríais de los transgresores.»
Pero Satanás les engañó a ambos y les sacó de aquello en lo que estaban. Y Dijimos: «¡Descended! Seréis enemigos unos de otros. La Tierra será para vosotros una morada y lugar de disfrute por un tiempo.
Entonces, recibió Adán de su Señor palabras y Dios le perdonó. En verdad, Él es el Perdonador, el Misericordiosísimo con los creyentes.
Dijimos: «¡Descended de él, todos! Y, si de Mí parte viene a vosotros una guía, quienes sigan Mi guía no habrán de temer ni estarán tristes.
Pero los que no crean y desmientan Nuestras señales, esos serán la gente del Fuego, en el que estarán eternamente.»
¡Oh, Hijos de Israel! Recordad Mi merced, con la cual os agracié y sed leales al pacto que tenéis conmigo que Yo seré leal al que tengo con vosotros y temedme sólo a Mí.
Y creed en la revelación que hice descender, confirmando la que ya teníais. No seáis los primeros en no creer en ella. No vendáis Mis indicaciones por poco precio y temedme sólo a Mí.
Y no mezcléis la verdad con la falsedad, ni escondáis la verdad a sabiendas.
Haced la oración, dad la limosna obligatoria y inclinaos con los que se inclinan.
¿Acaso ordenáis a la gente que sea virtuosa y vosotros mismos lo olvidáis, a pesar de que recitáis la Escritura [Sagrada]? ¿Es que no razonáis?
Buscad ayuda en la paciencia y en la oración. En verdad, la oración es una carga pesada, excepto para los que son humildes.
Aquellos que creen que se encontrarán con su Señor y que retornarán a Él.
¡Oh, Hijos de Israel! Recordad la merced con los que Yo os agracié y cómo os di preferencia sobre todos los pueblos.
Y temed un día en el que un alma no pueda hacer nada por otra y en el que no le será aceptada la intercesión ni el rescate y no tendrá quien la auxilie.
Y [recordad] cuando os salvamos de la gente del Faraón, que os sometían a terribles castigos, degollando a vuestros hijos varones y dejando con vida a vuestras mujeres. Con ello vuestro Señor os sometió a una prueba enorme.
Y [recordad] cuando dividimos el mar para vosotros y os salvamos, y ahogamos a la gente del Faraón ante vuestros ojos.
Y [recordad] cuando nos citamos con Moisés durante cuarenta noches y, en su ausencia, vosotros adorasteis al becerro, obrando injustamente.
Aunque, tras aquello, os perdonamos; para que, quizás de esa manera, fueseis agradecidos.
Y [recordad] cuando dimos a Moisés la Escritura [Sagrada] y el Criterio. Quizás así fueseis bien guiados.
Y [recordad] cuando Moisés dijo a su pueblo: «¡Oh pueblo mío! En verdad, os habéis oprimido a vosotros mismos eligiendo el becerro. Volveos, pues, arrepentidos a vuestro Creador y mataos a vosotros mismos. Eso es mejor para vosotros ante vuestro Creador y quizás así os perdone. En verdad, Él es el Perdonador, el Misericordiosísimo con los creyentes.»
Y [recordad] cuando le dijisteis: «¡Oh Moisés! No te creeremos hasta que no veamos a Dios manifiestamente.» Y el rayo os alcanzó ante vuestros propios ojos.
Luego, os devolvimos a la vida después de estar muertos. Quizás así seáis agradecidos.
Y os dimos la sombra de la nube e hicimos descender sobre vosotros el maná y las codornices: «¡Comed de lo bueno de lo que os hemos provisto!» No fueron injustos con Nosotros, fueron injustos con ellos mismos.
Y recordad cuando Nosotros dijimos: «Entrad en esta ciudad y comed de ella cuanto queráis. Entrad por la puerta y, ante ella, prosternaos y decid: «Hitta». Perdonaremos vuestros errores e incrementaremos la recompensa de los que hagan el bien.»
Pero, aquellos que eran injustos cambiaron la palabra por otra distinta. cambiaron la palabra por otra distinta. Entonces, hicimos descender un castigo del cielo sobre los injustos, por haber sido transgresores.
Y [recordad] cuando Moisés pidió agua para su pueblo y le dijimos: «¡Golpea con tu bastón la roca!» Y brotaron de ella doce fuentes. Cada tribu supo con certeza de cuál beber. «¡Comed y bebed de la provisión de Dios y no causéis daño en la Tierra, corrompiendo!»
Y cuando dijisteis: «¡Oh Moisés! No soportamos comer siempre lo mismo. Ruega por nosotros a tu Señor que haga salir para nosotros de lo que da la tierra, algo de legumbres, verduras, pepinos, ajos, lentejas y cebollas.» [Moisés] Dijo: «¿Cambiaréis lo que es mejor por lo que es peor? ¡Bajad a una ciudad! ¡Allí encontraréis lo que queréis!» Fueron golpeados por la humillación y la miseria e incurrieron en la ira de Dios por desmentir las indicaciones de Dios y matar a los profetas sin derecho. Eso les ocurrió porque desobedecieron y fueron transgresores.
En verdad, los creyentes y los judíos, los cristianos y los sabeos, quienes crean en Dios y en el Último Día y actúen rectamente, tendrán su recompensa junto a su Señor. No tendrán que temer y no estarán tristes.
Y (recordad) cuando aceptamos de vosotros el pacto y elevamos sobre vosotros el monte Sinaí [y dijimos:] «¡Coged con fuerza lo que os hemos entregado y recordad lo que contiene! Quizás así temáis disgustar a Dios.»
Después de aquello, disteis la espalda y, si no hubiera sido por el favor de Dios sobre vosotros y por Su misericordia, habríais sido de los perdedores.
Sabíais con certeza quiénes de vosotros violaron el sábado. Les dijimos: «¡Sed monos despreciables!»
E hicimos esto como un ejemplo para las generaciones presentes y futuras y como un aviso para los temerosos de Dios.
Y [recuerda] cuando Moisés dijo a su pueblo: «Dios os ordena que sacrifiquéis una vaca.» Dijeron: «¿Te burlas de nosotros?» Dijo: «¡Dios me proteja de ser como los ignorantes!»
Dijeron: «Ruega a tu Señor de parte nuestra, que nos aclare cómo ha ser ella.» Dijo: «Él dice que ha de ser una vaca ni vieja ni joven, algo intermedio entre ambas cosas. ¡Haced lo que se os ordena!»
Dijeron: «Ruega a tu Señor de parte nuestra, que nos aclare cuál ha de ser su color.» Dijo: «Él dice que ha de ser una vaca de color amarillo intenso, que agrade a los que la miren.»
Dijeron: «Ruega a tu Señor de parte nuestra, que nos explique cuál ha de ser, pues todas las vacas nos parecen semejantes. En verdad, si Dios quiere, seremos bien guiados.»
Dijo: «Él dice que ha de ser una vaca que no haya sido uncida para arar la tierra, ni para el riego de los campos; sana, sin defecto o marca.» Dijeron: «Ahora has traído la Verdad.» Y la sacrificaron, pero estuvieron a punto de no hacerlo.
Y recordad cuando matasteis a una persona y os acusabais unos a otros. Dios es quien sacó a la luz lo que ocultabais.
Dijimos: «Golpeadle con algo de ella.» Así es como Dios resucita a los muertos y os muestra Sus señales. Quizás así razonéis.
Tras ello, vuestros corazones se endurecieron como piedras o más aún, pues, en verdad, de algunas piedras brotan ríos y otras se agrietan y sale de ellas agua y algunas de ellas se desmoronan por temor de Dios. Dios no está desatento a lo que hacéis.
¿Acaso anheláis que ellos os crean, cuando entre ellos hay un grupo que escucha la palabra de Dios y la altera después de haberla razonado y a sabiendas de lo que hace?
Y, cuando se encuentran con aquellos que creen, dicen: «¡Creemos!”, pero cuando se quedan solos, se dicen unos a otros: ¿Es que vais a contarles lo que Dios os ha revelado, para que tengan argumentos contra vosotros ante vuestro Señor? ¿Es que no razonáis?»
¿Acaso no saben que Dios conoce lo que ocultan y lo que manifiestan?
Entre ellos hay ignorantes que no conocen la Escritura [Sagrada]. No hacen más que suponer.
¡Ay! de aquellos que escriben con sus manos la Escritura [Sagrada] y luego dicen: «¡Esto procede de Dios!», vendiéndolo por poco precio. ¡Ay de ellos por lo que escribieron con sus manos! y ¡Ay de ellos por lo que han obtenido!
Dicen: «¡No nos quemará el Fuego del infierno más que unos pocos días!» Di: «¿Acaso obtuvisteis una promesa de Dios? Porque Dios no incumple Su promesa. ¿O acaso decís de Dios lo que no conocéis?»
¡Sí! Aquellos que acumulan malas obras y están rodeados por sus pecados, esos son la gente del Fuego. En él estarán eternamente.
Pero aquellos que creen y obran rectamente, esos son la gente del Jardín. En él estarán eternamente.
Y [recuerda] cuando hicimos un pacto con los Hijos de Israel: «Solamente adoraréis a Dios. Sed buenos con vuestros padres, con vuestros familiares, con los huérfanos y los necesitados. Hablad bien a las personas. Estableced la oración y cumplid con la limosna obligatoria.» Después, excepto unos pocos, os apartasteis e incumplisteis.
Y [recordad] cuando concertamos un pacto con vosotros: «¡No derramaréis vuestra sangre y no os expulsaréis unos a otros de vuestras casas.» Lo aceptasteis y sois testigos de ello.
Pero, sois vosotros mismos los que os matáis unos a otros y expulsáis a algunos de los vuestros de sus casas, ayudándoos entre vosotros a cometer este pecado y esta violación contra ellos. En cambio, cuando llegan a vosotros prisioneros de otros, los rescatáis, cuando vosotros mismos los habíais expulsado aunque os estaba prohibido hacerlo. ¿Acaso creéis en parte de la Escritura [Sagrada] y descreéis de otra parte? Quien así actúe de entre vosotros no obtendrá más recompensa que la desgracia en esta vida, y el Día del Levantamiento seréis sometidos al peor de los castigos. Dios no está desatento de lo que hacéis.
Esos son los que han comprado la vida de este mundo al precio de la Otra. No se les aliviará el castigo y no serán auxiliados.
Verdaderamente, entregamos a Moisés la Escritura [Sagrada] y después de él seguimos enviando profetas. Y dimos a Jesús hijo de María las pruebas claras y le fortalecimos con el Espíritu Santo. ¿Es que, cada vez que os lleguen Mensajeros que vuestro ego no desea, os mostraréis arrogantes? Habéis desmentido a algunos y a otros los habéis matado.
Dijeron: «Nuestros corazones están cerrados.» ¡No! Lo que sucede es que Dios les ha maldecido por su incredulidad. ¡Qué pocos de ellos creen!
Y cuando les llegó una Escritura procedente de Dios, confirmando lo que tenían, aunque anteriormente pedían la victoria sobre los incrédulos, cuando les llegó lo que conocían, descreyeron de ello. ¡La maldición de Dios sobre los que descreen!
¡Qué malo es aquello a cambio de lo que han vendido sus almas, no creyendo en lo que Dios ha revelado por envidia de que Dios haga descender Su favor sobre quien Él quiere de Sus siervos! Por ello han incurrido en ira sobre ira. ¡Los que ocultan a Verdad tendrán un castigo humillante!
Cuando se les dice: «¡Creed en la revelación que Dios hizo descender!», dicen: «¡Creemos en lo que fue hecho descender para nosotros!» Pero no creen en lo que ha venido después, aunque es la Verdad que confirma lo que ya tenían. Di: «Entonces, ¿Por qué habéis matado a los Mensajeros anteriores de Dios, si sois creyentes?»
«Ciertamente, vino a vosotros Moisés con las pruebas claras y, a pesar de ello, tomasteis al becerro en su ausencia. Fuisteis injustos.»
Y [recordad] cuando concertamos un pacto con vosotros y elevamos sobre vosotros el monte Sinaí. [Dijimos]: «¡Aferraos con fuerza a lo que os hemos otorgado y escuchad!» Dijeron: «¡Escuchamos y desobedecemos!» Se empaparon sus corazones [de amor] por el ternero, debido a su falta de fe. [Diles]: «¡Que malo es lo que os ordena con ello vuestra fe, si sois creyentes!»
Di: «Si la morada de la otra vida junto a Dios es para vosotros en exclusiva y para nadie más, ¡Desead la muerte si sois veraces!»
Pero no la desearán jamás debido a lo que cometieron con sus manos. ¡Dios conoce bien a los opresores!
Descubrirás que son los más ávidos de vivir, más incluso que los idólatras. Alguno de ellos desearía vivir mil años, pero no se libraría del castigo por mucho que viviese. Dios observa lo que hacen.
Di: «Quien sea enemigo de Gabriel [Dios lo será de él]» En verdad, él fue quien trajo [el Corán] a tu corazón, con el permiso de Dios, confirmando lo que él mismo tiene en sus manos y como una guía y buena nueva para los creyentes.»
Quien sea enemigo de Dios, de Sus ángeles, de Sus Mensajeros, de Gabriel y del [ángel] Miguel... [sepa que] en verdad, Dios es enemigo de los que no creen.
Ciertamente, hicimos descender sobre ti signos evidentes y no descreen de ellos excepto los transgresores.
¿Acaso, cada vez que establecen un pacto, un grupo de ellos ha de rechazarlo? Pero la mayoría de ellos no creen.
Y cuando llegó a ellos un Mensajero de parte de Dios confirmando lo que tenían, un grupo de aquellos a los que les había sido dada la Escritura [Sagrada] rechazaron la Escritura de Dios, dándole la espalda, como si no supieran [que es la Verdad].
Ellos siguieron los que decían los demonios bajo el reinado de Salomón. Salomón no fue idólatra, fueron los demonios los que ocultaron la Verdad y enseñaron a la gente la magia y lo que se hizo descender a los dos ángeles, Harut y Marut, en Babel. Estos dos no enseñaron a nadie sin decirle previamente: «Ciertamente, somos una prueba. No perdáis la fe.» Y los demonios aprendieron de ellos dos lo que permite separar al hombre de su esposa, aunque con ello no puedan perjudicar a nadie, excepto con permiso de Dios. Aprendieron lo que les perjudicaba y no les beneficiaba. Sabían que quien comerciase con esto no tendría parte en los beneficios de la otra vida. ¡Qué malo es aquello a cambio de lo que han vendido sus almas! Si lo hubieran sabido...
Y si ellos hubieran creído y temido desagradar a Dios... La recompensa que hay junto a Dios es mejor. Si lo hubieran sabido...
¡Oh, los que creéis! ¡No digáis «raina», sino decid mejor «unzurna» y escuchad! Para los que no creen hay un castigo doloroso.
Aquellos de entre las gentes de la Escritura [Sagrada] que no creen y los idólatras, no desean que descienda sobre vosotros ningún bien procedente de vuestro Señor, pero Dios concede Su misericordia a quien Él quiere. Dios es el Dueño del Favor Inmenso.
No abrogamos ningún versículo o hacemos que se olvide, sin aportar algo mejor o igual a ello. ¿Es que no sabes que Dios tiene poder sobre todas las cosas?
¿Es que no sabes que a Dios pertenecen el reino de los cielos y la Tierra y que, excepto Dios, no tenéis protector o auxiliador?
¿O queréis cuestionar a vuestro Mensajero como fue cuestionado Moisés anteriormente? Quien cambia la fe por la incredulidad, en verdad, se ha extraviado del camino recto.
Tras haberles sido mostrada claramente la Verdad, muchos de entre las gentes de la Escritura [Sagrada] desearían, por pura envidia, que volvierais a la incredulidad después de haber creído. Perdonad, no obstante y no les prestéis atención, hasta que Dios traiga Su decreto. En verdad, Dios tiene poder sobre todas las cosas.
Realizad la oración y dad la limosna obligatoria. Las buenas obras que enviéis por delante en beneficio de vuestras almas, las encontrareis de nuevo junto a Dios. En verdad, Dios observa cuanto hacéis.
Y dijeron: «Sólo entrará en el Jardín quien sea judío o cristiano.» Eso es lo que ellos quisieran. Di: «Aportad vuestras pruebas, si es que sois sinceros.»
¡Sí! ¡Quien se someta a Dios plenamente y haga el bien, tendrá su recompensa junto a su Señor! [Quienes sean así] No tendrán que temer y no estarán tristes.
Los judíos dicen: «Los cristianos no están en la Verdad.» Y los cristianos dicen: «Los judíos no están en la Verdad» y eso, a pesar de que todos ellos leen la misma Escritura [Sagrada]. Hablan igual que quienes nada saben. El Día del Levantamiento Dios juzgará entre ellos sobre aquello en lo que no se ponen de acuerdo.
¿Quién es más opresor que quien prohíbe que en las mezquitas de Dios sea recordado Su nombre y se esfuerza en destruirlas. Tales gentes no deben entrar en ellas excepto atemorizados. ¡Sufrirán humillación en esta vida y en la otra un castigo inmenso!
A Dios pertenecen el Oriente y el Occidente. Por tanto, a donde quiera que os giréis, encontraréis el rostro de Dios. ¡En verdad, Dios todo lo abarca, es sabio!
Dijeron: «Dios tiene un hijo.» ¡Gloria a Él! ¡Más bien a Él pertenece lo que hay en los cielos y en la Tierra. Todo Le obedece.
Él es el Creador de los cielos y de la Tierra. Cuando decreta un asunto, le dice: «¡Sé!» y es.
Los que no saben dicen: «¿Por qué Dios no nos habla directamente o nos trae una señal?» Eso mismo dijeron sus antepasados, Sus corazones son semejantes. En verdad, Hemos explicado claramente nuestras señales a una gente que tiene certeza.
Ciertamente, te Hemos enviado con la Verdad, portador de la buena nueva y de la advertencia y no se te pedirán cuentas por la gente del Infierno.
Ni los judíos ni los cristianos estarán satisfechos de ti hasta que no sigas sus creencias. Di: «¡Ciertamente, la guía de Dios es la Guía!». Y si siguieras sus deseos después del conocimiento que te ha llegado, no tendrías protector ni auxiliador de parte de Dios.
Aquellos a quienes Nosotros dimos la Escritura [Sagrada] y la leen como debe ser leída, esos son los que creen en Él. Y quienes descreen de Él, esos son los perdedores.
¡Oh, Hijos de Israel! Recordad Mi merced, con la cual os agracié, y que Yo os di preferencia sobre todas las naciones,
y temed un día en el que nadie pueda favorecer a nadie y en el que no serán aceptados el rescate, ni la intercesión, ni el auxilio.
Y [recuerda] cuando su Señor puso a prueba a Abraham con tareas que él cumplió. Dijo Él: «En verdad, te pondré como Imam para los hombres.» [Abraham] dijo: «¿Y a mi descendencia?» [Dios] dijo: «Mi alianza no incluirá a [quienes sean] opresores.»
Y [recuerda] cuando establecimos la Casa como un lugar de reunión y de seguridad para las gentes. «¡Tomad el sitio de Abraham como un lugar de oración!» Y encargamos a Abraham e Ismael que purificasen Mi casa para los que la circunvalan y los que permanecen en ella en adoración y los que inclinan su cabeza y los que ponen su frente en el suelo.
Y [recuerda] cuando Abraham dijo: «¡Señor mío! Haz esta tierra segura y provee de frutos a quienes de sus habitantes crean en Dios y en el Último Día.» Dios dijo: «Y a quien no crea le permitiré disfrutar un poco y luego le arrastraré hacia el castigo del Fuego.» ¡Qué mal destino!
Y [recuerda] cuando Abraham levantó los pilares de la Casa junto con Ismael [y suplicó]: «¡Señor nuestro, acéptanoslo! ¡En verdad, Tú eres Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe!»
«¡Señor nuestro! Haz de nosotros dos gente sometida a Ti y de nuestra descendencia una nación a Ti sometida y muéstranos los ritos de la adoración y perdónanos. En verdad, Tú eres Quien acepta el arrepentimiento, el Misericordiosísimo con los creyentes.»
«¡Señor nuestro! Desígnales, de entre ellos, un Mensajero que les recite Tus versículos y les enseñe la Escritura [Sagrada], la Sabiduría y les purifique. En verdad, Tú eres el Poderoso, el Sabio.»
¿Quién, excepto quien tenga obnubilada su alma, puede abandonar la creencia de Abraham? Ciertamente, le elegimos en este mundo y, en verdad, en el otro es de los justos.
Cuando su Señor le dijo: «¡Sométete!» Dijo: «¡Me someto al Señor de los mundos!»
Y Abraham se lo encomendó a sus hijos y también Jacob: «¡Oh hijos míos! ¡Ciertamente, Dios ha escogido para vosotros la religión, no muráis sin ser musulmanes!
¿Acaso fuisteis testigos cuando Jacob, estaba en presencia de la muerte y dijo a sus hijos: “¿Qué adoraréis después de mí?». Ellos dijeron: «Adoraremos a tu Dios y Dios de tus padres, Abraham, Ismael e Isaac. Un Dios Único, al Cual nos sometemos.»
Aquella fue una nación que pasó. Ellos obtendrán la recompensa de lo que hicieron y vosotros obtendréis la recompensa de lo que hayáis hecho y no seréis interrogados por lo que ellos hicieron.
Dicen: «¡Sed judíos o cristianos y estaréis bien guiados!» Di: «¡Seguiremos la creencia de Abraham que era hanif y no era de los idólatras!»
Decid: «Creemos en Dios y en lo que nos fue revelado y en lo que fue revelado a Abraham, a Ismael, a Isaac, a Jacob y a las Tribus, y en lo que fue dado a Moisés y a Jesús, y en lo que fue dado a los profetas por su Señor. No hacemos diferencias entre ninguno de ellos y nos sometemos a Él.»
Y, si creen en lo mismo que vosotros creéis, estarán, ciertamente, guiados y si dan la espalda estarán, ciertamente, opuestos [a la Verdad] y Dios será suficiente para ti frente a ellos. Él es Quien que todo lo oye, Quien todo lo sabe.
Tinte de Dios. ¿Quién es mejor que Dios tintando? Nosotros somos Sus siervos.
Di: «¿Vais a disputarnos a Dios, cuando Él es nuestro Señor y el vuestro y nosotros somos responsables de nuestros actos y vosotros de los vuestros y nosotros somos puros con Él?»
¿O diréis que Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y las tribus fueron judíos o cristianos? Di: «¿Quién es más sabio, vosotros o Dios?» y «¿Quién es más injusto que quien oculta un testimonio que le viene de Dios? Dios no está desatento a lo que hacéis.»
Aquella fue una nación que ha pasado. Obtendrán la recompensa de lo que hicieron y vosotros obtendréis la recompensa de lo que hayáis hecho y no seréis interrogados por lo que ellos hicieron.
Los estúpidos de entre las gentes, dirán: «¿Qué les ha hecho dar la espalda a la qibla a la que se orientaban?» Di: «A Dios pertenecen el Oriente y el Occidente. Él guía a quien quiere a un camino recto.»
Así mismo hemos hecho de vosotros una comunidad moderada, para que seáis testigos sobre la gente y sea el Mensajero testigo sobre vosotros. No establecimos la Qibla hacía la que te orientabas antes, sino para distinguir a quienes seguían al Mensajero de quienes se volvieron atrás. En verdad, esto es algo arduo, excepto para aquellos a quienes Dios guía. Dios no permitirá que se pierda vuestra fe. En verdad, Dios es benévolo con la gente, Misericordiosísimo.
Vemos que, a veces, tornas tu rostro hacia el cielo. Así que te volveremos hacia una Qibla que te satisfaga. Vuelve, pues, tu rostro hacia la Mezquita Sagrada, y donde quiera que estéis, volved vuestros rostros en dirección a ella. Ciertamente, aquellos a quienes les fue dada la Escritura [Sagrada] saben con certeza que esto es la Verdad procedente de vuestro Señor. Y Dios no está descuidado de lo que hacen.
Aquellos a quienes les fue dada la Escritura [Sagrada] no seguirán tu Qibla aunque vayas a ellos con toda clase de señales, y tú no seguirás la Qibla de ellos, ni unos ni otros seguirán la Qibla del otro. Y, si siguieras sus deseos después del conocimiento que ha venido a ti, serías entonces, ciertamente, uno de los opresores.
Aquellos a quienes dimos la Escritura [Sagrada], le conocen como conocen a sus hijos y, ciertamente, un grupo de ellos esconde la Verdad a sabiendas de lo que hacen.
La Verdad procede de tu Señor, por tanto, no seas de los que dudan.
Para cada cual existe una dirección a la que volverse. ¡Id por delante, pues, en la realización de buenas obras! Donde quiera que estéis, Dios os reunirá. En verdad, Dios tiene poder sobre toda cosa.
Donde quiera que vayas, vuelve tu rostro en dirección a la Mezquita Sagrada. Ciertamente, esa es la Verdad que provienen de tu Señor. Dios no está descuidado de lo que hacéis.
Y, donde quiera que vayas, vuelve tu rostro en dirección a la Mezquita Sagrada y, donde quiera que estéis, volved vuestros rostros en dirección a ella, para que las gentes no tengan argumentos contra vosotros, ni siquiera los opresores. Y nos les temáis a ellos, temedme a Mí, de manera que Yo pueda completar mi bendición sobre vosotros y así podáis ser guiados.
Por eso, os hemos enviado un Mensajero de entre vosotros mismos, que os recita Nuestros versículos, os purifica y os enseña la Escritura [Sagrada] y la Sabiduría y os enseña lo que no sabíais.
Recordadme, pues, y Yo os recordaré y sed agradecidos conmigo y no ocultéis Mis favores.
¡Oh vosotros, los que creéis! Buscad ayuda en la paciencia y en la oración. Ciertamente, Dios está con los que son pacientes.
Y no digáis de quienes fueron matados en la senda de Dios que están muertos, pues están vivos, aunque vosotros no os deis cuenta.
En verdad, os pondremos a prueba con algo de temor, de hambre, de merma de riquezas, vidas y frutos. Pero ¡Da la buena nueva a los que sean pacientes!
Aquellos que, cuando les aflige una desgracia, dicen: «¡En verdad, pertenecemos a Dios y, en verdad, a Él retornamos!»
Ellos son los que obtienen las bendiciones y la misericordia de su Señor y ellos son los bien guiados.
Ciertamente, algunos de los ritos de Dios son en Safa y Marwa. Por tanto, quién peregrine a la Casa de Dios o la visite, no comete pecado yendo de una a otra. Y quien haga el bien voluntariamente, sepa que, ciertamente, Dios es agradecido, sabio.
A quienes ocultan las pruebas claras y la guía que hicimos descender, después de haberlas explicado claramente a la gente en la Escritura [Sagrada], Dios les maldice y les maldicen los hombres.
Pero a aquellos que se arrepientan y rectifiquen y manifiesten claramente la Verdad, a esos Yo los perdonaré. Yo soy el Perdonador, el Misericordiosísimo con los creyentes.
En verdad, aquellos que no crean y mueran sin creer, incurrirán en la maldición de Dios, de los ángeles y de las gentes todas.
Maldecidos eternamente, no se les aliviará el castigo y no se les dará respiro.
Vuestro Dios es un Dios Único. No hay más Dios que Él, el Clementísimo con toda la Creación, el Misericordiosísimo con los creyentes.
En la Creación de los cielos y de la Tierra y en la diferencia entre la noche y el día, en la nave que surca el mar con lo que beneficia a la gente, en el agua que hizo descender Dios de los cielos con la cual vivifica la tierra tras haber estado muerta, diseminando por ella todo tipo de animales; en la variación de los vientos y en las nubes situadas entre el cielo y la Tierra, hay, ciertamente, señales para la gente que razona.
Y entre la gente, hay quienes toman a otros, aparte de Dios, y les aman como sólo se ama a Dios. Pero los creyentes a quien más aman es a Dios. Cuando los opresores vean el castigo de Dios, comprenderán que la fuerza pertenece a Dios y que Dios es duro en el castigo.
Cuando los que fueron seguidos repudien a quienes les seguían y vean el castigo y se corten los lazos que les unían,
aquellos que les seguían dirán: «Si tuviéramos otra oportunidad, les repudiaríamos igual que ellos nos han repudiado a nosotros.» Así les hará ver Dios sus obras, para su propia desgracia. Y nunca saldrán del Fuego.
¡Oh gentes! ¡Comed de lo lícito y bueno que hay en la Tierra y no sigáis los pasos de Satanás. En verdad, él es para vosotros un enemigo declarado.
En verdad, os ordena el mal y la indecencia y que digáis de Dios lo que no sabéis.
Y cuando se les dice: «Seguid lo que Dios ha revelado», dicen: «Seguiremos aquello que hacían nuestros padres». Pero ¿Y si sus padres no razonaban en absoluto y no estaban bien guiados?
El ejemplo de los que no creen es como el de quien grita al ganado, que no oye de él más que una llamada y un grito. Son sordos, mudos, ciegos, no razonan.
¡Oh, los que creéis! Comed de lo bueno que Nosotros os hemos proporcionado y agradeced a Dios si es sólo a Él a quien adoráis.
En verdad, Él os ha prohibido la carroña, la sangre, la carne del cerdo y la de todo animal sacrificado en nombre de otro que no sea Dios. Pero quien se vea obligado, no por ánimo de transgredir, ni por soberbia, no será culpable. En verdad, Dios es perdonador. Misericordiosísimo con los creyentes.
En verdad, quienes esconden algo de lo que Dios ha revelado de la Escritura [Sagrada] y lo venden por poco precio, no introducen en sus estómagos más que fuego. Dios no les hablará el Día del Levantamiento, ni les purificará y tendrán un castigo doloroso.
Esos son los que han vendido la Guía a cambio del extravío y el perdón a cambio del castigo. ¿Cómo podrán soportar el Fuego?
Esto es así porque Dios ha hecho descender la Escritura [Sagrada] con la Verdad. Y, ciertamente, quienes no están de acuerdo con la Escritura [Sagrada] están en una posición muy alejada de la Verdad.
La virtud no consiste en que volváis vuestros rostros hacia Oriente u Occidente. La virtud consiste en creer en Dios y en el Último Día, en los ángeles, en la Escritura [Sagrada] y en los profetas. En dar de los bienes, por mucho amor que se les tenga, a los familiares, a los huérfanos, a los necesitados, a los mendigos, a los viajeros y para liberar esclavos. En hacer la oración, dar la limosna obligatoria, cumplir los compromisos cuando se contraen y en ser pacientes ante las dificultades y las desgracias y en tiempos de peligro. ¡Estos son los sinceros y los temerosos de desagradar a Dios!
¡Oh, los que creéis! ¡Ha sido decretada para vosotros la ley del talión en caso de asesinato: el libre por el libre y el esclavo por el esclavo y la hembra por la hembra! Pero, si alguien rebaja a su hermano la condena, que no le presione en el pago de lo establecido y que éste le compense bondadosamente por la sangre derramada. Esto es un alivio procedente de vuestro Señor y una misericordia. Y quien, después de esto, viole la ley, recibirá un castigo doloroso.
En la ley del talión hay vida para vosotros. ¡Oh gente dotada de entendimiento! Quizás así seáis temerosos de Dios.
Se os ha prescrito que, cuando se le presente a uno de vosotros la muerte, si deja algunos bienes, testamente a favor de sus padres y de sus familiares cercanos, según el uso establecido. Esto es un deber para los temerosos de Dios.
Y si alguien lo cambia después de haberlo oído, ciertamente, el pecado será de aquellos que lo cambien. Ciertamente, Dios todo lo oye, todo lo sabe.
Y quien tema una arbitrariedad o una injusticia por parte del testador y procure un arreglo entre las partes afectadas, no comete pecado. Ciertamente Dios es Perdonador, Misericordiosísimo con los creyentes.
¡Oh, los que creéis! Se os ha ordenado que ayunéis, de la misma manera que fue ordenado a quienes os precedieron. Quizás así seáis temerosos de Dios.
Son unos días determinados. Pero, quien de vosotros esté enfermo o de viaje, que ayune un número igual de días en otro momento. Y aquellos para quienes sea de gran dificultad que, en compensación, den de comer a una persona necesitada. Pero quien voluntariamente quiera dar más alimento, mejor para él. Aunque, si queréis saberlo, ayunar es mejor para vosotros.
El mes de Ramadán, en el cual fue hecho descender el Corán, como una guía para la gente, como indicaciones claras de la Guía y del Discernimiento. Por tanto, quien de vosotros esté presente ese mes, que ayune en él. Y quien esté enfermo o de viaje, que ayune un número igual de días en otro momento. Quiere Dios para vosotros la facilidad y no quiere para vosotros la dificultad y quiere que completéis el número de días y que ensalcéis a Dios por haberos guiado y así, quizás, seáis de los que agradecen.
Y cuando Mis siervos te pregunten por Mí, [diles que] en verdad, Yo estoy cerca y respondo la súplica del suplicante cuando Me suplica. Por tanto que Me respondan y crean en Mí, para que, quizás así, sean bien dirigidos.
Durante las noches del mes del ayuno, es lícito para vosotros la unión con vuestras mujeres. Ellas son una vestidura para vosotros y vosotros sois una vestidura para ellas. Dios supo que os traicionabais a vosotros mismos, así que os perdonó y os excusó. Así pues, ahora, yaced con ellas y buscad lo que Dios ha decretado para vosotros. Y comed y bebed hasta que podáis distinguir la línea blanca de la línea negra al amanecer. Después, completad el ayuno hasta la noche. Y no tengáis relación sexual con ellas mientras estéis de retiro en las mezquitas. Esos son los límites de Dios, así pues, no os acerquéis a ellos. De esta manera aclara Dios sus indicaciones a las gentes. Quizás así sean temerosos.
Y no os comáis vuestras riquezas unos a otros de forma ilícita ni ofrezcáis de ellas a los jueces para comeros parte de las riquezas de la gente injustamente y a sabiendas de lo que hacéis.
Te preguntarán sobre las fases crecientes de la Luna. Di: «Sirven a la gente para computar el tiempo y para determinar la fecha de la peregrinación.» La virtud no consiste en que entréis en las casas por la parte trasera, sino en que tengáis temor de desagradar a Dios. ¡Entrad en las casas por sus puertas y temed disgustar a Dios! Quizás así tengáis éxito.
Y combatid en la senda de Dios contra aquellos que os combatan, pero no seáis agresores. Ciertamente, Dios no ama a los agresores.
Matadles donde quiera que os encontréis con ellos y expulsadles de donde ellos os expulsaron. La idolatría es peor que matar. Y no combatáis contra ellos junto a la Mezquita Sagrada mientras ellos no os combatan allí. Pero si os combaten ¡combatidles! Esa es la recompensa de los idólatras.
Pero si cesan, sepan que, ciertamente, Dios es perdonador, Misericordiosísimo.
Combatid contra ellos hasta que no quede idolatría y la creencia sea sólo en Dios. Y si cesan su ataque que no haya más hostilidades que contra los tiranos.
El mes sagrado por el mes sagrado. A las cosas sagradas también se les aplica la ley del Talión. Y a quien os ataque, atacadle en la misma medida en que él os atacó. Y temed disgustar a Dios y sabed que Dios está con quienes temen disgustarle.
Repartid de vuestra riqueza, por amor a Dios. No os destruyáis con vuestra propia mano y haced el bien. Ciertamente Dios ama a quienes hacen el bien.
Completad el Hach y la ‘Umra por Dios. Y si no podéis hacerlo, sacrificad un animal. Y no afeitéis vuestras cabezas hasta que el animal esté en el lugar del sacrificio. Y quien de vosotros esté enfermo o tenga un daño en la cabeza, que lo compense ayunando o dando limosna o sacrificando un animal. Y cuando estéis a salvo, quien una la peregrinación menor a la mayor, que sacrifique un animal según sus posibilidades. Y quien no encuentre cómo, que ayune tres días durante la peregrinación mayor y siete cuando haya regresado, completando así diez. Esto incumbe a aquel cuya familia no viva cerca de la Mezquita Sagrada. ¡Temed disgustar a Dios y sabed que Dios es severo en el castigo.
La peregrinación mayor se lleva a cabo en meses determinados. Por tanto, quien se proponga realizar la peregrinación mayor en ellos, que no mantenga relaciones sexuales, ni peque, ni dispute durante ella. El bien que realicéis, Dios lo sabrá. Y tomad provisiones, pero, desde luego, la mejor provisión es el temor de disgustar a Dios. Así pues, ¡Temed disgustarme! ¡Oh, los dotados de discernimiento!
No pecáis al buscar el favor de vuestro Señor. Y, cuando partáis de Arafat, recordad a Dios junto a Mashar al-Haram. Recordad como os guió cuando, anteriormente, erais de los extraviados.
Partid, pues, de donde parte toda la gente y pedid el perdón de Dios. En verdad, Dios es perdonador, misericordiosísimo con los creyentes.
Y cuando hayáis cumplido con vuestros ritos recordad a Dios como recordáis a vuestros padres o con un recuerdo aún mayor. Hay entre las gentes quien dice: «¡Señor nuestro! ¡Danos en esta vida!» y no tendrán parte en lo bueno de la otra.
Y, entre ellos, están los que dicen: «¡Señor nuestro! ¡Danos lo bueno en esta vida y lo bueno en la otra y protégenos del castigo del Fuego!»
Ellos obtendrán la recompensa de lo que hayan realizado. ¡Dios es rápido haciendo las cuentas!
Recordad a Dios en días determinados. Y, quien lo limite a dos días, no peca y quien lo prolongue tampoco peca. Eso es para quien tema desagradar a Dios. Temed desagradar a Dios y sabed que seréis congregados hacia Él.
Y entre las gentes, hay quien te sorprende con su manera de hablar de la vida de este mundo y que pone a Dios como testigo de lo que hay en su corazón, pero es el más acérrimo adversario.
Y, cuando te da la espalda, se esfuerza por corromper en la Tierra y destruir la cosecha y el ganado. Y Dios no ama la corrupción.
Y si se le dice: «¡Teme desagradar a Dios!» se apodera de él un orgullo pecador. El Fuego del Infierno será su retribución. ¡Qué mal lugar para descansar!
Y, entre las gentes, hay quien sacrifica su persona buscando satisfacer a Dios. Y Dios es benévolo con los siervos.
¡Oh, los que creéis! ¡Entrad todos en la Paz y no sigáis la senda extraviada de Satanás, que es vuestro enemigo declarado!
Y si os equivocáis después de haber llegado a vosotros las pruebas claras, sabed que Dios es poderoso, sabio.
¿Acaso piensan que vendrán a ellos Dios y los ángeles entre las sombras de una nube a resolver el asunto? ¡Todos los asuntos regresan a Dios!
Pregunta a los Hijos de Israel cuántas señales claras les dimos. Quien cambie la bendición de Dios, después de lo que le ha llegado... Ciertamente Dios es severo en el castigo.
La vida de este mundo ha sido embellecida para los que no creen, que se burlan de aquellos que creen. Pero, aquellos que temen desagradar a Dios estarán por encima de ellos el Día del Levantamiento. Y Dios provee sin medida a quien Él quiere.
La Humanidad constituía una sola comunidad y después Dios designó a los profetas como portadores de buenas nuevas y advertidores [del castigo] e hizo descender con ellos la Escritura [Sagrada] con la Verdad para que juzgasen entre los hombres en aquello en lo que no se ponían de acuerdo. Después de haber llegado a ellos las pruebas claras, aquellos a los que les fueron dadas no discreparon, excepto algunos por envidia entre ellos. A aquellos que creían, Dios, por su voluntad, les guió a la Verdad de aquello en lo que discrepaban. Dios guía a quien Él quiere al camino recto.
¿Acaso contabais con entrar en el Jardín sin soportar cosas parecidas a las que sufrieron los que vinieron antes de vosotros? Sufrieron la pena y la dificultad, y tal conmoción que el Mensajero y los que creyeron con él dijeron: «¿Cuándo llegará el auxilio de Dios?» ¿Acaso el auxilio de Dios no está cercano?
Te preguntan qué es lo que deben gastar. Di: «Los bienes que repartáis, que sea a vuestros padres, a los familiares, a los huérfanos, a los necesitados y a los viajeros.» Dios conoce perfectamente el bien que hacéis.
Ha sido decretado para vosotros el combate, aunque os disguste. Puede que algo os disguste y, sin embargo, sea un bien para vosotros. Y puede que algo os agrade y sea un perjuicio para vosotros. Dios sabe y vosotros no sabéis.
Te preguntan sobre la conveniencia de combatir en el mes sagrado. Di: «Combatir en él es algo grave. Pero poner obstáculos en el camino de Dios y no creer en Él, no respetar la Mezquita Sagrada y expulsar de ella a su gente es más grave ante Dios.» La incredulidad es peor que combatir. Y no cesarían de combatiros hasta apartaros de vuestra fe, si pudieran. Y, quienes de vosotros abandonen su religión y mueran sin ser creyentes, habrán invalidado todos sus buenos actos en esta vida y en la otra. Esos serán la gente que morará eternamente en el Fuego.
En verdad, aquellos que creen y emigran y se esfuerzan en la senda de Dios, pueden esperar la misericordia de Dios. Dios es perdonador, misericordiosísimo con los creyentes.
Te preguntan sobre los embriagantes y los juegos de azar. Di: «En ambos hay un gran perjuicio y también un beneficio para la gente, pero el perjuicio que hay en ambos es mayor que el beneficio.» Y te preguntan qué deben repartir. Di: «Lo que excede a las propias necesidades.» De esta manera os aclara Dios sus señales. Quizás así reflexionéis
sobre esta vida y sobre la otra. Te preguntan sobre los huérfanos. Di: «Mejorar su vida está bien. Y, si mezcláis [vuestros bienes] con los de ellos, [tratadles] como hermanos vuestros.» Dios distingue al corruptor del reformador. Si Dios hubiera querido os lo habría puesto difícil. Dios es, ciertamente, poderoso, sabio.
Y no os caséis con las idólatras hasta que crean. Una esclava creyente es mejor que una mujer libre idólatra, aunque ésta os guste más. Y no caséis [a vuestras mujeres] con los idólatras hasta que éstos crean. Un esclavo creyente es mejor que un hombre libre idólatra, aunque éste os guste más. Esos invitan al Fuego y Dios invita al Jardín y al perdón, si Él quiere. Y aclara Sus señales a la gente. ¡Quizás así se dejen amonestar!
Te preguntan sobre la menstruación. Di: «Es molesta e impura. Absteneos, pues, de las mujeres durante la menstruación y no os acerquéis a ellas hasta que se hayan purificado. Y, una vez que estén purificadas, id a ellas tal como Dios os ha ordenado.» En verdad, Dios ama a quienes se vuelven a Él arrepentidos y ama a los que se purifican.
Vuestras mujeres son un campo de labranza para vosotros. Id, pues, a vuestro campo como deseéis. Y enviad algo por delante para vosotros mismos. Temed desagradar a Dios y sabed que os encontraréis con Él. ¡Y anuncia buenas nuevas a los creyentes!
Y no pongáis a Dios por testigo en vuestros juramentos, de manera que os impida practicar la bondad. Y sed temerosos de Dios y haced el bien entre la gente. Dios todo lo oye, todo lo sabe.
Dios no os tiene en cuenta lo vano de vuestros juramentos, pero sí que tiene en cuenta la intención de vuestros corazones. Dios es perdonador, indulgente.
Aquellos que juren a sus esposas no mantener relaciones con ellas, tendrán cuatro meses de plazo y, si se retractan, en verdad, Dios es perdonador, Misericordiosísimo con los creyentes.
Pero, si se deciden por el divorcio... Dios todo lo oye, todo lo sabe.
Las divorciadas deberán esperar tres menstruaciones completas y no es lícito para ellas que oculten lo que Dios haya creado en su seno, si creen en Dios y en el Último Día. Sus esposos tienen más derecho a retornar a ellas durante este tiempo, si desean arreglarlo. Y las mujeres tienen derechos equivalentes a sus obligaciones, conforme a lo razonable. Y los hombres un grado sobre ellas. Dios es todopoderoso, sabio.
El divorcio [de la misma esposa es permisible] dos veces. Así pues, o se la toma tratándola como es debido o se la deja ir buenamente. Y no es lícito para vosotros que toméis nada de lo que les disteis, excepto que ambos teman no respetar los límites impuestos por Dios. Pero si teméis que no respeten los límites impuestos por Dios, no hay inconveniente para ninguno de los dos en que ella obtenga su libertad compensando al esposo. Esas son las leyes de Dios ¡No las violéis! Y quienes violen las leyes de Dios serán los opresores.
Y si la divorcia de nuevo, ya no será lícita para él tras ello, hasta que se case con otro esposo diferente. Y sí éste la divorcia, no hay inconveniente en que ambos vuelvan, si creen que respetarán las leyes de Dios. Estas son las leyes de Dios, que Él explica a gente que sabe.
Y, cuando divorciéis a vuestras mujeres y éstas hayan cumplido su plazo de espera, tomadlas como es debido o dejadlas ir como es debido, pero no las retengáis causándoles molestias, transgrediendo las leyes de Dios, pues, quien actúe así, será injusto consigo mismo. No toméis las señales de Dios a burla y recordad la bendición de Dios para vosotros y lo que Él os reveló de la Escritura [Sagrada] y de la Sabiduría, para advertiros con ello. Temed a Dios y sabed que Dios tiene conocimiento de todas las cosas.
Y cuando hayáis divorciado a las mujeres y éstas hayan cumplido su plazo de espera, no les impidáis que vuelvan a casarse con sus esposos anteriores si lo desean de mutuo acuerdo. Se exhorta a ello a quien de vosotros crea en Dios y en el Último Día. Eso es más correcto para vosotros y más puro. Dios sabe y vosotros no sabéis.
Las madres amamantarán a sus hijos dos años completos si quiere consumar el periodo de lactancia. Y el progenitor la proveerá de alimento y vestido de manera adecuada. No se obliga a nadie más allá de su capacidad. No será perjudicada una madre por su hijo ni un padre por su hijo. Y lo mismo se aplica al heredero. Y si ambos, de mutuo acuerdo y consultándose, desean destetar al hijo antes de tiempo, no cometen falta. Y si deseáis que otra persona amamante a vuestros hijos, no cometéis falta mientras lo paguéis conforme a lo que es justo. ¡Temed a Dios y sabed que Dios observa lo que hacéis!
Y, las esposas de quienes fallezcan deberán esperar cuatro meses y diez días y, cuando completen su plazo, no cometéis falta alguna por lo que ellas hagan consigo mismas, conforme a lo establecido. Dios está informado de lo que hacéis.
Y no cometéis falta si insinuáis a las mujeres vuestra intención de contraer matrimonio o lo guardáis escondido en vuestras almas. Dios sabe que pronto pensaréis en ellas [para el matrimonio]. Pero no les prometáis nada en secreto. Mejor, habladles como es debido y no formalicéis el contrato de matrimonio hasta que no concluya su periodo de espera. Y sabed que Dios conoce lo que hay en vuestras almas. Tened, pues, cuidado de Él. Pero sabed que Dios es perdonador, indulgente.